TU CREES EN EL DESTINO? Yo...

A- ¿Crees en la probabilidad?
B- Querrás decir si creo en la "casualidad"...
A- No, quiero decir exactamente lo que he dicho.
B-¿ Probabilidad? Me hablas de números, de estadísticas, de poner orden en el caos, de encasillar los hechos en simples tablas numéricas y gráficos...
A- Más o menos. Pero sí, sobre eso te pregunto... Sobre poder justificar lo que en un principio llamamos "suerte" o "coincidencia", sobre demostrar que, en realidad, nosotros, los seres vivos, solo somos parte de 1 millón de ecuaciones en las que nos transformamos en variables de sistemas con solución indefinida pero determinada.
B- ¡Pero espera! Eso que dices es macabro. ¿Dices que no dependen de mí las decisiones que tomo? QUe hay "Algo" por encima que ya sabe de antemano cuál es mi destino?
A- Yo no digo eso, no tan rotundamente; estás conjeturando... Yo lo que digo es que por si no te has dado cuenta, cuando nos rodean determinadas circunstancias, determinada gente y un lugar determinado, nos llevan a actuar de una forma "determinada" y cada vez que la situación es similar (gente, lugar, circunstancias...) parece que la vivencia se repita. ¡Venga! piénsalo, piensa en algún hecho que te haya pasado y tomaras como "suerte" en tu vida
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A- ¡¿lo tienes?!
B-¡Lo tengo!
A- Ahora, a partir de ese punto, echa la mirada adelante o atrás... ¿recuerdas alguna situación parecida?
B- Pues...-titubeo-... Sí, ahora que lo dices, ¡Sí!
A- Y, dime, ¿cuáles son los factores comunes? (ya que hablábamos en términos matemáticos...)
B- Pues yo diría que gente nueva, acomodada, en un hotel o un bar tranquilos, algo que leer de por medio...
A- ¿Y qué pasó? ¿Se repite?
B- Pasó, pasó... Recuerdo que conseguí una cita para una entrevista con el sujeto del periódico, gracias a ello un buen trabajo, bueno, mi primer buen trabajo, porque tiempo después, en una situación parecida, cambiando de ciudad, horas y de ideología del periódico, entablé conversación con la desconocida lectora y, además de una cita (ya me entiendes... ) llegué a ser lo que soy hoy, subdirector de mi entidad... Por cierto, si tu teoría fuera cierta y el hombre de la primera vez hubiera sido una mujer, hubiera tenido que rendirme ante dos mujeres
A- Tú siempre aprovechando Fernando. Estábamos "filosofeando", no fantaseando!
B- Sí, perdona, no lo he podido evitar.
A- No importa, pero a lo que iba. ¿Has visto? Lo que acabas de contarme es sólo un ejemplo de mi teoría. Estoy segura de que si le preguntásemos al resto de gente que conocemos podrían decirnos algo parecido.. y de ahí mi hipótesis: que todos nosotros somos parte de una gran gran ecuación, somos simples variables, y al integrarnos con nuestro entorno, entramos en contacto con más variables, de manera que el Universo busca su propio orden, dándonos los valores que considera más apropiados. Día a día vamos tomando valores, condicionados por la calle que pisamos, si hay sol o está nublado, si hemos tomado café o un zumo... Está claro que hay variables que condicionan más que otras, pero en cualquier caso, CREO QUE PARTE DEL DESTINO SÍ ESTÁ ESCRITO, PERO QUE UN PESO IMPORTANTE DE CÓMO RESOLVERLO, QUÉ VALOR TOMAR EN LAS ECUACIONES DIARIAS DE NUESTRA VIDA, QUEDA EN NUESTRAS MANOS, en la calle por la que decidimos cruzar, en el bar al que decidimos ir a tomar el café de la mañana, en el semáforo que deseamos saltarnos...
B- Ana, lo siento pero, a veces me sobrepasas... Como diría mi sobrina: "estás un poco rallada"... pero qué gusto tener estas conversaciones contigo.. Me gusta darle al coco, me estimulas. VENGA, TE INVITO A UN CAFÉ, VAMOS AL BAR DE SIEMPRE...